Como todos los años el Primer Ciclo Básico dio vida a la tradicional Velada Musical inspirada en las raíces más profundas del folclore nacional. Una vez más y con una gracia, dulzura, picardía y talento sin igual, los cursos fueron pasando a la parte central de nuestro gimnasio para representar los bailes y vestimentas de las cuatro grandes zonas geográficas y culturales de nuestro territorio nacional. De esta manera los terceros básicos abrieron la presentación mostrando lo más representativo de la zona norte. Fue así como aparecieron ante el público presente las diabladas, corporales y trotes en lo que denominó “carnaval nortino”. Siguiendo la ruta geográfica-folclórica, los cuartos básicos se hicieron cargo de la zona central, cuna del “huaso” chileno. La tonada, chapecao, polka y la cueca se tomaron el escenario. Tras ello apareció la zona sur, donde los primeros básicos bailaron al compás de la guitarra, charranco, bombo, acordeón y rabel, la denominada “minga de Chiloé”. El recorrido finalizó con la presentación de la zona austral donde los segundos básicos dieron vida a la “fantasía patagónica”, tierra de onas, yaganes y kaweskar y donde la espiritualidad quedó plasmada en movimientos coreográficos difíciles de olvidar.
Creemos conveniente destacar que esta actividad es el resultado de un arduo trabajo que implica no solo el aprendizaje de ritmos o vestimentas. Es mucho más que eso. Es trabajo en equipo de profesores, apoderados y alumnos. Es empoderarse y asumir responsabilidades que van más allá de lo meramente académico o formal pues involucran el desarrollo de parte importante del espíritu de éstos pequeñitos, que consciente o inconscientemente crecen integralmente y sin discriminación. Todos participan, todos crecen, todos aprenden.

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