Basados en esta premisa, los pequeños estudiantes integrantes del Segundo Año Básico “C”, dirigidos por su profesora Alejandra del Prado y varios de sus apoderados, se hicieron presentes en el “Centro de Estimulación Tamborín” donde se atienden a niños con neurodiversidad. Allí compartieron regalos, un desayuno y múltiples vivencias que contribuyeron al crecimiento personal de todos los niños y donde, por más de una hora y media, supieron dar lo mejor de sí por hacerse mutuamente feliz.
Así la solidaridad, el desprendimiento material, la necesidad de entregar y recibir afecto, de conocer realidades distintas y de ayudar, se concretaron natural e inocentemente en abrazos, risas, bailes y juegos propios de niños y que a veces tanta falta nos hace a nosotros los más adultos.
Felicitaciones.

0 comentarios