Las emociones influyen en todo lo que hacemos; lo que pensamos, lo que percibimos, como reaccionamos y como nos relacionamos, por lo tanto, nutrir esta área de nuestra vida desde la gestación resulta trascendental, dado que de esto dependerá nuestro bienestar físico y mental a medida que crecemos y debemos enfrentarnos a la vida con sus diferentes desafíos y vaivenes.
Con el paso del tiempo ha cobrado mayor fuerza la importancia de las emociones en el aprendizaje formal y no formal, puesto que la experiencia ha demostrado que no resulta sano ni funcional, tener estudiantes que memoricen información, pero no logren distinguir sus estados de ánimo, cómo canalizarlos y cómo resolver situaciones simples del día a día.
Daniel Goleman, psicólogo, periodista y escritor estadunidense fue el primer divulgador sobre este tema y actualmente es conocido por su teoría sobre la “Inteligencia Emocional”, propone 5 componentes claves para el desarrollo de esta habilidad:
Sí, no es una tarea fácil ni de corto plazo, pero posible con voluntad de cambio.
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