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BREVES PALABRAS AL PRÓCER DE LA PATRIA, CAPITÁN GENERAL DON BERNARDO O’HIGGINS RIQUELME

Por CCLA

Ago 20, 2020 | Agosto 2020, Noticias | 0 Comentarios

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Hoy 20 de agosto de 2020 celebramos un aniversario más del natalicio del Libertador y Capitán General, don Bernardo O’Higgins Riquelme. Por ello creemos necesario detener nuestra marcha cotidiana para reflexionar y hablar brevemente acerca de su vida y obra.

Nacido en Chillán, provincia de Ñuble, pero profundamente vinculado a estas tierras angelinas, don Bernardo O’Higgins, siendo aun un niño, pronto hubo de marcharse de la Patria, en pro de una superación personal: el estudio.

Lima, Cádiz y Londres lo cobijarían.

Basado en un férreo y sólido principio de esfuerzo y servicio, adquiridos en la soledad y en los lejanos horizontes europeos, ya de regreso en su país, se abocó no sólo al manejo de sus bienes, sino también a los asuntos públicos de su tierra natal. Pero por entonces ya germinaban en él los deseos de libertad y autodeterminación adquiridos en su enseñanza en el extranjero. De esta manera, en 1806, empezó a participar activamente en reuniones conspiratorias contra el régimen español imperante.

Conocedor de los sucesos ocurridos en Santiago, el 18 de septiembre de 1810, ofreció de inmediato su ayuda y apoyo al movimiento que comenzaba a aflorar. Sin embargo, las circunstancias históricas de la época, como la dictadura de los Carrera, lo postergarían por un tiempo, más, cuando la Patria se sintió en peligro debido a la invasión de nuevas fuerzas realistas que intentaban sofocar las acciones de los patriotas emancipados, el futuro libertador abandonó sus bienes y riquezas para ingresar con sus fuerzas al encuentro del opresor.

Desde ese momento, sus servicios se multiplicarían. Combate tras combate fue ganándose el respeto y admiración de sus compatriotas. Las heridas sufridas en los campos de batalla, el dolor de ver la muerte de sus soldados y la destrucción y saqueo de las ciudades y de su hacienda, no lo detuvieron, pues, como gran hombre, solo un objetivo reinaba en su mente: hacer de Chile una patria grande, libre y soberana.

Terminada parcialmente la lucha contra el invasor español, venía la dura tarea a la cual todos los chilenos debían responder con lo mejor de sus capacidades y O’Higgins así lo hizo.
Nombrado Director Supremo después de la batalla de Chacabuco, se ocupó de levantar el difícil andamiaje político-institucional de la todavía naciente república latinoamericana. Verían sí la luz las cartas fundamentales de los años 1818 y 1822 donde el insigne libertador daría a conocer algunas de sus más sentidas aspiraciones republicanas.

En el campo de las realizaciones materiales, se destacaron: la creación del Cementerio General, el paseo de las Delicias de la Alameda, el Mercado de Abastos y otros.
En el campo social, aspiró sentidamente a concretar y obtener la igualdad para todos sus compatriotas al abolir los títulos de nobleza y el uso de los escudos de armas. Esta medida, avanzada para su época, incomprendida por sus pares y visionaria en el porvenir, le acarrearon de inmediato numerosos y poderosos enemigos.

La aristocracia que tanto le había pedido y solicitado sus esfuerzos y sacrificios le daba ahora la espalda y más aún, lo atacaba sin miramientos.

Incomprendido por sus conciudadanos, O’Higgins se alejaba del país para marchar al Perú país al cual él había dedicado muchos de sus esfuerzos al constituir la Expedición Libertadora, otra de las tantas obras visionarias del prócer en pro de una américa libre.

Allí, en aquel lejano país, alejado de su tierra natal, viviría 19 años más.

Duros golpes hubo de resistir: el deceso de su señora madre, la pobreza familiar, y las calumnias levantadas en su contra. más esto no logró minar su espíritu. Sin embargo, la vida con su avance inexorable, acabó con él, pero no con sus obras, pensamientos y espíritu visionario.

El tiempo ha transcurrido y la sociedad y sus costumbres han cambiado. consumo exacerbado, vida rápida y fugaz e imitación de modelos casi siempre foráneos y carentes de todo valor, atentan contra la valoración de nuestros héroes nacionales. Es por ello que los habitantes de esta tierra, debemos ser capaces de levantar nuestras miradas y buscar en los anales de nuestra historia, verdaderos ejemplos de vida como el que nos brinda sobradamente nuestro Padre de la Patria.

Es en él, como en otros héroes nacionales, sean estos militares, literatos, científicos o artistas en general, donde la juventud de hoy podrá siempre descubrir ideales y valores que den sentido a nuestra existencia para junto a ellos construir un mundo más feliz, justo y fraternal, tal como nuestro Libertador, siempre lo deseo.

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