En los últimos días de verano del año recién pasado y en los albores del mes de marzo del presente, se observó a un grupo de pequeños alumnos aprendiendo bajo novedosas modalidades educativas. Según sus propias palabras “era la magia el aprender”.
Se trataba de los alumnos del cuarto año básico “a” y la “misión” era un encuentro con la verdad científica en vivo y en directo experimentada en la asignatura de Ciencias Naturales. Se observaba a alumnos contentos, sonrientes y cercanos al mundo real. No era necesario estar entre cuatro paredes para aprender. Era la magia del patio y el entorno natural. En palabras de su profesor, señor Héctor Zúñiga Loyola, la idea era que ellos fueran “los creadores de sus propios laboratorios naturales en los que fueran capaces de descubrir, registrar y cerrar simples pero importantes descubrimientos e hipótesis, cual loco científico”. Luego agregó: “El trabajo práctico y participativo motiva y entrega un conocimiento más sólido en cada uno de los estudiantes ya que por medio de la experimentación no solo se puede trabajar un objetivo específico sino que varios a la vez”.
Unas bonita experiencia digna de imitar.
Nuestras felicitaciones.

0 comentarios