Parece difícil pensar en hablar de efemérides de carácter nacional en días tan difíciles como los actuales cuando nuestro país vive una situación de pandemia de carácter mundial, donde a simple vista lo importante solo es lo atingente y no lo relacionado con el pasado remoto. Sin embargo, nada más alejado de la realidad. Es hoy cuando justamente debemos recordar a los héroes del pasado para así también aprender a reconocer a los actuales que hoy deambulan por los hospitales de nuestro país. Si, pues los héroes de hoy, tal vez si bien no portan armas como los del pasado, son baluartes de valentía, perseverancia, trabajo y entrega por la salud y la vida de los demás.

Al igual que los héroes de La Concepción que murieron combatiendo a un enemigo físico allá en la lejana sierra peruana, hoy nuestro personal de salud lucha contra un enemigo microscópico pero no menos letal que aquel que le arrebató la vida a esos 77 jóvenes que llenos de un espíritu de servicio y sacrificio, nunca dudaron en dar la vida si las circunstancias así lo requerían.

Por esto y a la luz de los hechos que todos los días vemos por los medios de comunicación, no nos cabe duda alguna, que nuestros médicos, enfermeras, kinesiólogos, paramédicos, asistentes, choferes de ambulancia, y otros, están provistos de los mismos valores e ímpetu de aquellos integrantes del regimiento Chacabuco y que hacia el 9 y 10 de julio de 1882 rindieron su vida en post de la libertad, el honor y el cumplimiento del deber libremente contraído.

A todos ellos, a los héroes del pasado y del presente, de corazón, muchas gracias.