Nuestro Reglamento Interno de Convivencia Escolar (RICE) establece con claridad que el uso de vocabulario soez o groserías constituye una falta a la buena convivencia escolar. Asimismo, las actitudes de burla, sarcasmo o insultos hacia los pares o cualquier integrante de la comunidad son consideradas faltas que afectan directamente la armonía y el respeto.
Diversos estudios señalan que la exposición temprana y frecuente a un lenguaje violento o agresivo aumenta la probabilidad de replicar conductas de irrespeto y normalizar el maltrato verbal (Unicef, 2021). Por eso, el rol de la familia es clave: lo que se modela y se refuerza en casa impacta directamente en la manera en que los estudiantes se relacionan en la escuela.
El rol de los padres y apoderados
El Reglamento del Colegio también señala entre los deberes de los apoderados: “tratar con respeto y dignidad a los docentes, asistentes de la educación y a todo el personal dependiente del colegio, así como supervisar y acompañar la formación valórica de sus hijos”.
Esto implica que las familias tienen la responsabilidad de reforzar en el hogar el uso de un lenguaje adecuado, respetuoso y constructivo, conversando con sus hijos e hijas sobre la importancia de expresarse sin ofender, dialogar con empatía y resolver diferencias sin agresiones verbales.
Un compromiso conjunto
La buena convivencia no se logra solo con normas, sino con ejemplo, acompañamiento y coherencia entre el hogar y la escuela. Invitamos a cada familia a ser parte activa de este desafío:
- Corrigiendo el lenguaje vulgar en casa.
- Modelando formas respetuosas de comunicación.
- Conversando con sus hijos sobre cómo se sienten con las palabras que usan y escuchan en el colegio.
Porque la palabra construye o destruye, juntos podemos garantizar que el lenguaje dentro de nuestro colegio sea siempre un puente hacia el respeto, la amistad y la sana convivencia.
Equipo de Convivencia Escolar
Colegio Concepción Los Ángeles
